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A dos años del Estado de Emergencia en la Macrozona Sur: la violencia sólo aumentó en los 50 días que Boric lo eliminó

El 12 de octubre se cumplieron dos años desde que el ex Presidente Sebastián Piñera decretó por primera vez Estado de Emergencia en La Araucanía y dos provincias del Biobío en 2021. En los 734 días que han transcurrido desde entonces; solo no hubo Estado de Excepción en un lapso de 50 días, luego de que el Presidente Gabriel Boric asumiera el mando; período en el que el número de hechos violentos aumentó un 57%. A diferencia de lo ocurrido entre octubre de 2021 y marzo de 2022, cuando hubo una disminución de 43% en el número de atentados; y en el período posterior a los 50 días sin emergencia, de mayo de 2022 a finales de septiembre, cuando los hechos violentos disminuyeron en 34%.

Se cumplieron dos años desde que el ex Presidente Sebastián Piñera decretó Estado de Emergencia en la Región de La Araucanía y en las provincias de Biobío y Arauco en la Región del Biobío. En esos 24 meses la medida ha regido casi de forma ininterrumpida, salvo por un período de 50 días, cuando arribó al gobierno el Presidente Gabriel Boric. Y es justamente en ese lapso, de acuerdo con un análisis del ex coordinador nacional de Seguridad de la Macrozona Sur, Pablo Urquízar, cuando los hechos de violencia tuvieron un repunte. 

El Estado de Emergencia podría dividirse en tres momentos a lo largo de estos dos años:

–Un primer período transcurrido desde el 13 de octubre de 2021 al 26 de marzo de 2022. Éste se extiende a los primeros días de la presidencia de Gabriel Boric, debido a que la última renovación del Estado de Excepción la votó el Congreso el 8 de marzo de 2022 -antes de la salida de Piñera-, y comenzó a regir el 11 de marzo, justo para el cambio de mando. En total, este Estado de Emergencia se prorrogó en diez ocasiones. 

–Un segundo período desde el 27 de marzo al 16 de mayo de 2022, en que por decisión del mandatario Gabriel Boric no hubo Estado de Emergencia.

–El tercer período corresponde al Estado de Emergencia actualmente vigente, cuyo decreto se ingresó a Contraloría el 17 de mayo de 2022. En un principio, el propio Jefe de Estado instaló la idea de que se trataba de un Estado de Excepción “acotado”. “Yo tengo la más plena convicción de que esto no resuelve el problema y por eso nosotros lo que hicimos fue decretar un Estado de Excepción acotado a las carreteras para asegurar el libre tránsito y garantizar la seguridad de ese libre tránsito”, dijo el Mandatario el 19 de mayo, al descartar que este giro representara una derrota ideológica para su gobierno. No obstante, una vez que se reinstauró la medida el actual Estado de Excepción suma más de 500 días de vigencia y 32 prórrogas del Congreso. 

El “error” de Boric al retirar el Estado de Emergencia durante 50 días

Urquízar analiza, con una metodología espejo, cómo ha funcionado el Estado de Emergencia en cada uno de estos tres tiempos. Concluye que el Estado de Emergencia ha sido positivo, pues durante los dos períodos que ha estado vigente hubo una reducción de los hechos de violencia en la Macrozona Sur. 

En cambio, en el tiempo que no hubo Estado de Emergencia los hechos de violencia aumentaron 57% (al comparar el lapso transcurrido entre el 4 de febrero y el 26 de marzo  de 2022; contra los atentados que hubo del 27 de marzo al 16 de mayo de 2022). 

“Fue un error completo, los datos objetivos lo ratifican, los hechos de violencia aumentaron por sobre el 50% porque la decisión de no renovarlos fue tomada por el gobierno sin la evidencia empírica, sino más bien por la ideología”, dice Urquízar a El Líbero.

Datos suministrados por Pablo Urquízar

En ese mismo tiempo los bienes afectados pasaron de 114 con Estado de Emergencia a 176 sin Estado de Emergencia, un aumento de 54%. 

Datos suministrados por Pablo Urquízar

Por otro lado, el Estado de Emergencia implementado durante el mandato de Piñera fue más efectivo, pues en esos 165 días los hechos de violencia se redujeron en 43% (si se comparan con los 165 días previos a la instalación de la medida, en los que no hubo Estado de Emergencia). En cambio, al revisar los 500 días transcurridos desde el 18 de mayo de 2022 al 30 de septiembre de 2023, la reducción de los hechos de violencia es de 34% (al compararlo con el período transcurrido desde el 5 de enero de 2021 al 17 de mayo de 2022). 

“Me parece que lo relevante es que ambos provocan una disminución importante de los hechos de violencia en la Macrozona Sur. La mayor efectividad del primero respecto del segundo puede tener factores asociados al carácter ‘acotado’ con que se inició el Estado de Emergencia decretado por el Presidente Boric; la duración y también a la novedad del decretado por el ex Presidente Piñera. Sin embargo, lo importante es que existe una consolidación de disminución”, afirma Urquízar.

Las diferencias entre el Estado de Emergencia en Biobío y La Araucanía

El año 2021, cuando se implementó por primera vez la medida, fue calificado por la Multigremial de La Araucanía –que desde hace varios años elabora informes que dan cuenta del número de atentados– como el “más violento de los últimos 31 años”. Entonces, desde su directiva plantearon que los grupos terroristas pasaron de atacar maquinarias, robar madera y amedrentar, a un ataque sistemático contra las personas. Ese año hubo en promedio cinco hechos de violencia al día, cifra que bajó a tres con la presencia militar.

La misma Multigremial indicó en septiembre pasado que “estamos lejos de desarticular el terrorismo”. Esto debido a que la disminución de los hechos de violencia grave se focaliza en el Biobío; mientras que en La Araucanía se mantienen y/o aumentan, como en el caso de la Provincia de Malleco, en donde calculan que hay 9,6% más hechos violentos que en 2022. Al tiempo que también señalan que las orgánicas radicales pasaron de cinco en 2021, a 12 en 2023. 

Al respecto, Urquízar subraya que “el Estado de Emergencia ha logrado efectos de diversas formas en todas las provincias de la Macrozona Sur donde rige, sin embargo, también hay que considerar la peligrosidad y la agresividad de las orgánicas radicalizadas y terroristas existentes. No es la misma amenaza en la provincia de Biobío que la de Malleco”.

Ejemplifica con que “la Resistencia Mapuche Malleco (RMM), especialmente este año 2023, ha sido tremendamente violenta y sus atentados responden precisamente a una mayor acción del Estado. Se debe recordar que cuando el Estado actúa frente al delincuente común, el delincuente se inhibe, sin embargo, cuando el Estado actúa frente al delincuente terrorista, este reacciona. Durante este período, gracias al contexto que genera el Estado de Emergencia, se han logrado importantes detenciones”. 

Entre el 1 de enero y el 2 de agosto de este año, la RMM reivindicó 29 hechos violentos; con ello casi triplica los atentados que en el mismo lapso se adjudicó la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), cuyo líder, Héctor Llaitul, fue detenido el año pasado y está en prisión a la espera de juicio. 

Si el Estado de Emergencia no es suficiente, qué más se puede hacer

Para el ex coordinador de seguridad de la Macrozona Sur, el Estado de Emergencia se basa en el trabajo colaborativo de las Fuerzas Armadas y las policías y ha producido tres hechos objetivos: “Disminución de los hechos de violencia; disminución de los bienes destruidos y mayor cantidad de detenciones”. 

En cuanto al Estado de Emergencia con el ex Presidente Piñera, al comparar el antes y el después, los bienes afectados pasaron de 434 a 336, lo que representa una disminución de 23%. Mientras que en el Estado de Emergencia actualmente vigente, la comparación indica que los bienes afectados pasaron de 1.214 a 747, una disminución de 38%. 

“Ello evidentemente es algo positivo. Sin embargo, no es suficiente, porque se requiere de otras medidas muy relevantes que aún no existen. Por ejemplo, lo primero, un pacto de toda la clase política contra el terrorismo y a favor de las libertades fundamentales. Aún existe cierta parte de la clase política que tolera, justifica o no condena la legitimación de la violencia como método de acción política. Y eso es muy grave porque tiene efectos en lo operativo. Se requiere también la elaboración de una estrategia nacional contra el terrorismo que aborde el fenómeno de manera integral desde los cuatro pilares fundamentales: prevención, protección, persecución y reparación. También una nueva ley antiterrorista. Recientemente se ingresó una iniciativa legal por parte del gobierno, pero no tiene urgencia alguna. Hoy los actos terroristas se persiguen y sancionan como delitos comunes, lo cual es inaceptable”, señala. 

En la misma línea, Urquízar agrega que “la demora en la tramitación de la nueva ley de inteligencia es incomprensible. Lleva casi cinco años en el Congreso y desde que llegó el actual gobierno sigue en el mismo trámite constitucional y en la misma comisión. Otro aspecto dice relación con la usurpación y el control territorial que ejercen las orgánicas radicalizadas y terroristas, donde la nueva regulación se encuentra entrampada por el veto del Ejecutivo”. 

Urquízar: “Ha habido importantes avances, pero aún sigue habiendo violencia”

Lo cierto es que el Estado de Emergencia del Presidente Boric se ha prolongado más de lo esperado si se consideran sus reticencias originales, siendo que cuando era diputado, Boric se negó a aprobarlo y que desde el Frente Amplio y el Partido Comunista una medida como esta era considerada como la “militarización del Wallmapu”. Desde entonces, el Mandatario tuvo una suerte de «conversión forzada» y ha cambiado su estrategia con respecto a la Macrozona Sur; lo que se ve no solo con lo que ha durado el Estado de Emergencia sino también a través de las acciones que se han tomado para desbaratar las mafias de robo de madera. 

Ahora más bien los cuestionamientos surgen porque el Estado de Emergencia pareciera que dejó de ser “excepcional” y pasó a ser definitivo. Consultado sobre si es tiempo entonces de levantar la medida, Urquízar concluye que “la razón de ser del Estado de Emergencia fue la grave alteración al orden y la seguridad pública producida por el terrorismo, el narcotráfico y el crimen organizado en la Macrozona Sur. La pregunta que uno debe hacerse entonces es si ello ya desapareció o aún persiste. Lo claro es que ha habido importantes avances, pero aún sigue habiendo violencia. Con todo resulta muy relevante que se planifique desde el Gobierno y se dispongan los parámetros objetivos que involucren la mayor o menor presencia del Estado acorde a lo que se está viviendo. La realidad de las provincias de la Macrozona Sur debe analizarse en concreto y de manera diferenciada”. 

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