Aunque la elección de la testera de la Cámara Baja estuvo marcada por el suspenso durante gran parte de la tarde, desde el Ejecutivo explican a El Mostrador que ya durante el fin de semana manejaban que tenían un voto más que la oposición, cosa que los apuntalaba bien para ganar una votación en segunda vuelta: ese voto era el del diputado PDG, el sheriff Gaspar Rivas. Sin embargo, no fue sino hasta ayer lunes que supieron que su mayoría se impondría con seguridad, por la ausencia de tres diputados de oposición.
Desde hace una semana el ministro de la Segpres, Álvaro Elizalde (PS), el subjefe de bancada del PS, Daniel Manouchehri, y la diputada Karol Cariola (PC) preveían que el oficialismo podía estar un voto arriba de la oposición. En su guarismo consideraban los votos oficialistas más cuatro de la DC y a los independientes Carlos Bianchi y Hernán Palma. Ese cálculo, sin embargo, navegaba en la incertidumbre de cómo decantarían los apoyos del centro político en la elección de la presidencia de la Cámara.
En ese escenario, Elizalde, los dos diputados oficialistas y el ahora vicepresidente Eric Aedo aseguraron los votos de sus pares independientes Viviana Delgado, Mónica Arce y René Alinco. Además, Manouchehri y Cariola mantuvieron personalmente conversaciones con los tres los legisladores del PDG, lo que terminó en la división de la bancada del partido de Parisi. Durante la negociación renunció Rubén Oyarzo al PDG, mientras que habían asegurado el voto de Gaspar Rivas, con quien mantenían tratativas y había anunciado ya su apoyo a Cariola. Incluso, hasta 7 minutos antes de la votación, diputados oficialistas buscaron convencer a la tercera parlamentaria de la colectividad, Karen Medina, de votar por el oficialismo, aunque sin éxito.
Quienes conocieron de las tratativas, sostienen que Karol Cariola y Daniel Manouchehri fueron quienes habrían ofrecido a Gaspar Rivas la primera vicepresidencia de la Cámara, la cual aceptó.
Día D: lunes 15
La fría tarde en el Congreso comenzó a encenderse a eso de la 16:30, cuando, casi una hora antes de la votación, parlamentarios del Socialismo Democrático y representantes de la Segpres buscaban un voto más a favor o una abstención para “asegurar por completo” que la diputada comunista Karol Cariola ganara la presidencia de la Cámara, claramente, en segunda vuelta.
En sus cálculos, Elizalde, Cariola, Aedo y Manouchehri esperaban, además, que la diputada Pamela Jiles (Ind/ex-PH) se abstuviera, ya que una votación con la derecha iría en contra de su electorado que es mayoritariamente de izquierda. Y cuando en los últimos días la parlamentaria y el diputado Enrique Lee presentaron una licencia médica, comenzaron a ver una victoria al alcance de la mano.
“Elizalde, la Karol y Manouchehri hablaron en distintas ocasiones con Gaspar Rivas, y le pidieron un voto y que mantuviera el acuerdo en reserva. Al contar con Rivas, su voto aseguraba ganar en la Cámara. Lo ideal hubiese sido también tener el voto de Karen Medina, pero se negó. Siempre se supo que habría segunda vuelta”, explica una fuente que conoció parte de las conversaciones en el Congreso.
Incluso, ayer en la reunión con el Comité Político del PDG, Rivas no manifestó cuál sería su voto.
“Rivas quedó bastante molesto porque toda la gente que opinó, si bien se dio libertad de acción, la mayoría se inclinó por que el acuerdo se había roto y no había nada que respetar y que había que salir de ese acuerdo, ya que no apoyaban la propuesta de poner al PC en la testera. Gaspar veló por una postura individual”, sostiene una fuente de la comisión política del PDG.
Recién ayer lunes –y poco antes de las cinco de la tarde– su par de la bancada, Karen Medina, se enteró de la definición. “Yo supe a las 17:00 horas, cuando él lo dijo en el hall de El Pensador. Yo no lo voy a condenar, pero claramente la decisión que él tomó no representa al Partido de la Gente”, afirmó la diputada Medina a El Mostrador.
En ese marco, a eso de las 15:00 horas de este lunes, ante la ausencia de tres diputados independientes asociados a la oposición (Enrique Lee, Mauricio Ojeda y Francisco Pulgar), comenzó a instalarse el optimismo en el Gobierno. De hecho, varios advertían una sonrisa en el rostro de Elizalde mientras caminaba por los pasillos del Congreso.
La señal
Cerca del mediodía de ayer, mientras los cálculos de los votos del oficialismo indicaban que había posibilidades para imponer a un representante del PC en la testera de la Cámara –hecho que nunca antes había ocurrido–, en la oposición, en tanto, también había confianza de que su candidata, Joanna Pérez (Demócratas), pudiese convocar al centro político.
Sin embargo, una señal clara para saber si el oficialismo tenía o no los votos para llevar a la diputada comunista a la presidencia de la Cámara, era el anuncio que haría la bancada del PC. Conocedores de las negociaciones revelaron que si el grupo de parlamentarios anunciaba a Karol Cariola como su candidata, significaba que tenían los votos para ganar.
En caso contrario, si no contaban con los votos, Luis Cuello –el jefe de bancada del PC– daría a conocer otro nombre. Esto, porque la candidatura de Cariola para presidir la Cámara había sufrido una baja el 2022, después que la DC le quitara piso debido a que el Partido Comunista apoyó una querella en contra de Sergio Micco, en ese tiempo DC y exdirector del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH).
La negociación secreta
Luego de que el oficialismo perdiera la presidencia en el Senado, la presión se posó sobre los hombros del ministro Secretario General de la Presidencia, Álvaro Elizalde. A medida que se acercaba la fecha de la elección de la Cámara, los aires triunfalistas empezaban a llegar a la oposición y se pensaba que la carta de la diputada del Partido Demócrata, Joanna Pérez, podía cautivar a un “centro político indeciso”.
De hecho, muestra de dicha presión fue que diputados oficialistas como Raúl Soto (PPD), Camila Musante (Ind-bancada PPD) e incluso el DC Eric Aedo –hoy segundo vicepresidente– cuestionaron la continuidad del ministro Elizalde en caso de que la presidencia de la Cámara de Diputadas y Diputados se alejara del oficialismo.
Durante esta última semana el ministro, junto a la diputada Cariola, Daniel Manouchieri (PS), el propio Aedo y otros jefes de bancadas oficialistas, estuvieron conversando con distintos parlamentarios indecisos, insisten conocedores de las negociaciones.
Las mismas voces no entregan detalles de los nombres con quienes negociaron, pero sí revelan que el oficialismo respondió positivamente a peticiones como, por ejemplo, conceder un cupo en alguna comisión específica.
El voto de la diputada Pamela Jiles ya estaba anunciado: se sabía que no apoyaría a Cariola. El viernes, sin embargo, Jiles presentó una licencia médica y ayer se ausentó de la votación. Al preguntar si las tratativas oficialistas incluyeron la ausencia de la diputada, un conocedor dijo que sí se conversó con ella y que, coincidentemente, no llegó.
Minutos antes de las 17:22 horas, la diputada Karol Cariola entró al hemiciclo con una polera y blazer blancos y su rostro marcado por el nerviosismo. Paralelamente –afirman en el oficialismo–, en el semblante de Joanna Pérez había cierta molestia, pues a pocos minutos de entrar a la votación se dieron cuenta de que tenían la votación perdida.
Los perdedores admiten sorpresa
El Mostrador reveló que la primera persona que nombró públicamente a Joanna Pérez como candidata opositora a la presidencia de la Cámara fue el legislador de la UDI Guillermo Ramírez, en el programa “Primer Café” de Radio Cooperativa. Si bien las voces opositoras afirman que el golpe lo recibe toda la oposición (Amarillos, Demócratas, Chile Vamos y Republicanos), el primero en dar declaraciones tras la derrota fue el jefe de bancada de la UDI, Juan Antonio Coloma, acusando recibo del sorpresivo golpe.
“Hay que ser sinceros, estábamos preparados para ganar esta elección. Teníamos los votos, pero no esperamos que la ausencia de un diputado republicano permitiese que, por primera vez en la historia, llegara a la testera una diputada comunista. Aquí, nosotros hicimos el mayor de los esfuerzos”, subrayó Coloma molesto.
Si bien la ausencia de los diputados Lee y Pulgar le dolió a la oposición, la que más afectó fue la de Mauricio Ojeda, quien, aun cuando se autosuspendió de la bancada republicana hace siete meses, sigue asociado a ese partido.
El diputado se explicó y comentó que “en mi rutina normal, viajé en avión desde La Araucanía hasta Santiago y el avión presentó un retraso cercano a las tres horas. Conversé personalmente con el piloto para que diera las explicaciones necesarias y el capitán lo que informa es que tenían un problema en el software de uno de los motores”.
Sobre eso, agregó: “¿Por qué tengo que responder yo por una cuestión netamente coyuntural? Yo creo que aquí llegó una minuta: ‘Es momento de atacar a cierta persona’”.
La jefa de bancada de RN, Ximena Ossandón, relató cómo se vivió la ausencia de Ojeda: “Tuvimos una larga conversación durante toda la mañana, estuvimos monitoreando a todos los que venían, hablamos con cada uno de los encargados y nadie sabía. Y cuando entramos a la Cámara, nadie sabía, los republicanos tampoco sabían, preguntamos si había avisado y nadie sabía. Entonces yo creo que quien explica se complica. Perdimos por dos votos que nosotros pensábamos que estaban con nosotros, pero no conozco a ningún diputado que me haya dicho que le avisó que no podía llegar, porque tal vez nosotros hubiéramos podido negociar alguna otra cosa”.
La diputada Ossandón agregó que “los más sorprendidos fuimos nosotros”. Sin embargo, reconoció que hubo un avance en la oposición, pues “estuvimos todos muy uniformados, jamás hemos tenido una votación con tanta asistencia”. El golpe para la oposición resultó tan profundo como súbito: a pesar de tener una buena convocatoria, por apenas un voto no pudieron hacerse de la Cámara.
Eso indica, según la parlamentaria de RN, “que hubo un trabajo de parte del Gobierno que fue realmente importante y realmente para uno, como oposición, se le hace complejo igualar ofertas”.
Ahora, desde la oposición, amenazaron con censurar. El diputado RN Miguel Mellado, junto a otros parlamentarios de su sector, le pidieron garantías a Cariola: “Solo le diría a la presidenta de la mesa que ella no tiene la mayoría de la Cámara que la respalda, sus votos fueron circunstanciales, producto de una mezquindad de algunos nuestros que no llegaron a votar, y algunos de los supuestos suyos con prebendas del Gobierno apoyaron su postulación”. Sobre eso, agregó que, en caso de no actuar de manera ecuánime y mesurada, “tendremos que censurarla. Así que mesura, calma y tiza”, sentenció.