La ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, ha anunciado este jueves en Santiago el compromiso de la Administración de Javier Milei para empujar que Galvarino Apablaza regrese a Chile y sea juzgado por los tribunales locales, donde está imputado como autor intelectual del crimen en 1991 del senador Jaime Guzmán, fundador del partido de la derecha tradicional Unión Demócrata Independiente, la UDI. Bullrich fue invitada a exponer al Encuentro Nacional de Empresas (Enade), uno de las citas empresariales más relevantes de Chile.
Guzmán fue asesinado a tiros el 1 de abril de 1991, cuando salía dictar clases en la escuela de derecho de la Universidad Católica en Santiago. Estaba dentro de su automóvil y el crimen ocurrió durante el segundo año del Gobierno del democristiano Patricio Aylwin, el primer presidente tras el retorno de la democracia. Dos de los autores materiales, Ricardo Palma Salamanca y Raúl Escobar Poblete, se fugaron en 1996 en un helicóptero desde la Cárcel de Alta Seguridad (CAS) junto a Mauricio Hernández Norambuena y Patricio Ortiz Montenegro. Como Apablaza, todos eran parte del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), un movimiento que tomó las armas durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Palma se encuentra en Francia desde 2018, donde obtuvo asilo político; Escobar cumple una condena en México por un secuestro en 2017 a un ciudadano franco-americano, y Hernández está en una prisión de alta seguridad en Rancagua, ciudad a unos 85 kilómetros al sur de Santiago.
En el caso de Apablaza, de 73 años, nunca ha sido juzgado en Chile, pero sí ha sido requerido para declarar por los tribunales. En 2010, la Corte Suprema argentina concedió su extradición a Santiago y el mismo año, durante el Gobierno de Cristina Fernández, la Comisión Nacional para los Refugiados, Conare, le concedió la calidad de refugiado político, lo que paralizó su expulsión. Luego, la Administración de Maurcio Macri le quitó esa categoría, pero una serie de apelaciones que todavía están pendientes han paralizado de que sea remitido a Chile.
Bullrich dijo que Argentina quiere que Apablaza “vuelva a Chile a cumplir con la justicia lo que tiene que cumplir” y que “es el compromiso del Gobierno argentino”. Y recordó que mientras fue ministra de Seguridad de Macri llevó adelante “el quite del refugio” del exfrentista, un proceso que, señaló, después fue dormido pero que “nosotros lo estamos despertando”. Y agregó: “No hay que confundir el estatus de un refugiado político, que puede haber muchos en muchas partes del mundo, con alguien que en democracia asesina. No es lo mismo”.
La ministra de Milei fue convocada por el empresariado chileno para hablar en el panel Recuperar un país seguro junto al expresidente de Colombia Iván Duque y la ministra del Interior del Gobierno de Gabriel Boric, Carolina Tohá.
El Tren de Aragua y el crimen de Ojeda
Patricia Bullrich fue invitada por la Enade a exponer a un panel sobre seguridad junto al expresidente de Colombia Iván Duque y a la ministra del Interior del Gobierno de Boric, Carolina Tohá, donde abordaron el crimen organizado en la región y la necesidad de colaboración entre los países.
El secuestro y asesinato del disidente venezolano en Chile Ronald Ojeda en febrero, cuyo cuerpo fue encontrado 10 días después, el 1 de marzo, en una barriada el municipio de Maipú, en Santiago, enterrado bajo cemento, fue uno de los temas que abordó la ministra de Milei cuando habló de crimen organizado. Se trata de un homicidio al que la Fiscalía chilena ha atribuido la ejecución material la organización transnacional El Tren de Aragua, nacida en Venezuela. Los fiscales han apuntado a que la única la única tesis plausible que queda, tras investigar los hechos, es el móvil político.
La ministra del Milei catalogó a El Tren de Aragua como una organización de tipo terrorista que “no golpea de cualquier manera”, sino que lo hace “con un procedimiento, con una matriz de funcionamiento, con una lógica que siempre hace exactamente lo mismo: se instala en un determinado lugar y viene con un grupo en general de nacionalidad venezolana”.
Y agregó: “Se instalan, compran edificios enteros como pasó en Perú. En esos edificios viven todos para que no se conozca y no se sepa qué conversación puedan tener. Desde ahí planifican con tiempo, sin apuro, los golpes que van a hacer. Pero no son al azar, no es buscar o atacar un banco, sino que son golpes que tienen el sentido de generar lo que yo llamaría ya una organización criminal que tiene las características del terrorismo. Porque el golpe tiene como objetivo generar terror en la población. El terror significa, como pasó acá, con Ronald Ojeda”.
Un informe sobre Hezbollah
Previo a su exposición en la Enade, Bullrich se reunió con Tohá y le entregó un informe confidencial sobre Hezbollah. Lo hizo una semana después de que ella misma afirmara que el grupo terrorista tenía presencia en Chile, por lo que debió dar explicaciones y disculpas a la Administración de Boric, que rechazó sus afirmaciones.
“Argentina está en una zona donde hay una presencia activa de dos fuerzas que son aliadas a Irán (…) que son Hezbollah, que está en la triple frontera de Paraguay, Brasil y Argentina (y que) también se ha visto en el último tiempo presencia en Iquique, en el norte de Chile”, señaló Bullrich el 17 de abril a un canal de televisión. Y, al día siguiente, la Embajada de Chile en Argentina informó que la ministra había aclarado que “dichas observaciones fueron realizadas en el contexto de un análisis de la situación regional, dentro del marco de las responsabilidades inherentes a su cargo, y no con la intención de generar miedo o alarma en Chile”.
Este jueves, Tohá volvió a descartar que Hezbollah tenga presencia en Chile. Y, sobre el documento que le entregó su par argentina, dijo que “los antecedentes no se refieren a amenazas inminentes, pero son temas que siempre hay que estar monitoreando y ser preventivos en eso”. Y, además, que los antecedentes que le entregó ya eran conocidos por el Gobierno de Boric.