Las distintas bancadas del Senado ya están preparando los discursos de despedida del actual presidente de la corporación, el senador Juan Antonio Coloma (UDI), quien este miércoles presentará su renuncia al cargo en la testera.
Con ese paso se activa el proceso de renovación de autoridades en la Cámara Alta. No solo en la presidencia y vicepresidencia, también habrá ajustes en las jefaturas y en la integración de las comisiones legislativas. Todo ese proceso debe quedar cerrado el próximo martes 18, día en que se vota la renuncia de Coloma y de su vicepresidente, el senador Francisco Huenchumilla (DC), para luego proceder a elegir inmediatamente a sus reemplazantes.
Según el acuerdo administrativo suscrito en marzo de 2022 por casi todas las fuerzas políticas (salvo por RN), ahora corresponde que la vicepresidencia sea asumida por un Evópoli, mientras que la presidencia está asignada a la bancada del PPD.
Sin embargo, a pesar del inminente recambio y el poco tiempo que queda, hasta hoy en la mañana el grupo de seis senadores que conforman el comité PPD-independientes aún no resolvía quién será el escogido(a) para dirigir la Cámara Alta hasta marzo de 2025.
El suspenso inquieta a La Moneda y al resto de las bancadas, ya que la tensión que existe en el PPD por esta definición podría contaminar todo el clima político más ponderado que se ha logrado establecer en el Senado, a diferencia de la crispación constante que existe en la Cámara de Diputados.
Dentro del PPD aún siguen en carrera para presidir la corporación: Loreto Carvajal (militante PPD y representante del Ñuble), Ximena Órdenes (independiente ex-PPD, legisladora por Aysén), Pedro Araya (recientemente afiliado al PPD y parlamentario por Antofagasta) y el senador por Valparaíso Ricardo Lagos Weber (PPD), quien ya presidió la corporación entre 2016 y 2017.
Por el momento, en la bancada hay dos descartados por razones objetivas: Jorge Soria (senador independiente por Tarapacá, de 87 años) y Jaime Quintana (actualmente presidente del PPD, quien ya fue titular del Senado entre 2019 y 2020).
Si bien en el partido aseveran que hay dos nombres que corren con más posibilidades: Araya y Lagos Weber, las otras senadoras no han depuesto sus aspiraciones personales. Por lo tanto, la definición sigue entrampada. Incluso, han surgido fricciones entre los interesados. De hecho, en las pocas reuniones de bancada, donde han abordado el tema, las conversaciones han subido de tono y han terminado sin acuerdo.
Adicionalmente se han sumado otras variables externas que han contribuido a generar un ambiente conspirativo, enrareciendo aun más la definición.
Por ejemplo, entre algunos aspirantes hay sospechas de que el gobierno, y en especial la ministra del Interior, Carolina Tohá (PPD), ha hecho gestiones subterráneas en favor de que sea escogido Lagos Weber. Pese a ello, desde el Ejecutivo recalcan que no se han inmiscuido en las deliberaciones.
También desde algunas bancadas opositoras ya han advertido al presidente del PPD, Jaime Quintana, de que si bien existe el ánimo de respetar el acuerdo administrativo, no apoyarían la nominación de la senadora Carvajal, quien ha tenido roces con distintos comités, tanto del oficialismo como de la derecha.
Bancadas advierten al PPD que no apoyarían nominación de Loreto Carvajal a presidencia del Senado
El problema es que el entramado del PPD es más complejo, pues dos de sus senadores, la misma Carvajal y Lagos Weber, deben renunciar a las comisiones de Trabajo y Hacienda, respectivamente, que serán cruciales para la tramitación de la reforma previsional y de las iniciativas que sean parte del llamado pacto fiscal (que incluye algunas modificaciones tributarias).
La derecha espera que en virtud del pacto administrativo los senadores Lagos y Carvajal se ciñan al acuerdo para ceder sus cupos en estas comisiones para que legisladores de oposición asuman en su reemplazo. En Hacienda, además, debe renunciar el senador Daniel Núñez (PC) para que asuma su par Ximena Rincón (Demócratas). Con ello, las fuerzas opositoras quedarían en mayoría para presidir ambas instancias legislativas.
Si esos pasos no se cumplen, la derecha podría congelar la renovación de la mesa y del resto de las comisiones.
El punto en suspenso es que la senadora Carvajal también podría alegar un veto contra su persona y no ceder su cupo en Trabajo. Además, en vista de que ella es la actual jefa de bancada, todo ajuste en comisiones, donde los PPD deben renunciar, debe contar con su firma.