puentes de participación ciudadana

Derecha enfrenta primeras recriminaciones internas tras dura derrota electoral

Eran las 18.27 y no había salido el primer cómputo oficial, pero en la oposición comenzó a cambiar el semblante. Los principales dirigentes de RN, Evópoli, la UDI, republicanos, Amarillos y Demócratas -que esperaron los resultados cada uno en sus sedes, a excepción de los partidos de centro-, veían por televisión el conteo de votos y la tendencia comenzó a ser clara: se imponía el “En contra” versus el “A favor”.

“¿Cómo va la cosa?”, le preguntó la prensa apostada en la sede de RN a la excomisionada Katherine Martorell, quien fue a esperar los resultados a las instalaciones de Antonio Varas. Esbozando una pequeña sonrisa, la exsubsecretaria se limitó a decir: “Bueno, como lo están viendo”. A esas alturas, mientras el oficialismo ya habían algunos que reconocían el triunfo del rechazo a la propuesta del Consejo, en la derecha optaron por el silencio hasta las 19.26, cuando el presidente de la UDI, Javier Macaya, salió -flanqueado por varios dirigentes de la colectividad- a dar un punto de prensa oficial, reconociendo el fracaso.

“Nosotros hoy día vamos a dormir tranquilos. Sabemos que los chilenos han tomado una decisión y somos respetuosos de eso”, señaló Macaya, agregando que “es una evidencia de un cansancio constitucional que tiene nuestro país y por cierto la responsabilidad que nosotros tenemos hoy día como partido, tiene que ver también con contribuir y ser consecuente con lo que ha manifestado la democracia hoy”.

Un poco antes, a las 19.00, la exministra Isabel Plá (UDI), afirmó, en entrevista en Chilevisión, que existía una tendencia por el “En contra” y que no era posible revertir ese resultado.

Más tarde hablaron el resto de los partidos. “Los ciudadanos no quieren más discusiones a nivel constitucional, quieren que nos concentremos en los problemas reales. Chile vive hace mucho tiempo ya una crisis”, dijo el timonel de RN, Rodrigo Galilea, mientras que la presidenta de Demócratas, Ximena Rincón, manifestó que “el gran centro del país no estuvo representado en este debate constitucional y no se sintió representado por las partes”.

El último de la derecha en hablar fue Kast. En un punto de prensa rodeado de militantes republicanos, el exabanderado reconoció la derrota y manifestó que “esta noche una gran mayoría de chilenos ha rechazado la propuesta constitucional que nosotros impulsamos. Y reconocemos esa derrota. Fracasamos en el esfuerzo por convencer a la gente”, indicó.

Además, el líder de los republicanos criticó nuevamente al gobierno.

Las horas previas

Hasta las 18.00 en la oposición existía un moderado optimismo. Varios transmitían que iban a lograr que se aprobara el texto del Consejo. A su favor, creían, estaba la mala semana que tuvo La Moneda: los nuevos antecedentes en el caso de los convenios entre las fundaciones y reparticiones del Estado y la detención del indultado Luis Castillo, despertaron las esperanzas. A eso, además, se sumó que hubo un buen balance de la campaña, sobre todo de la franja y del slogan “Boric vota en contra y Chile vota a favor”. Esto último, transmitían, logró generar más ambiente electoral e instalar la idea de que los comicios eran un plebiscito a la administración del Presidente Gabriel Boric.

El optimismo era tal que en algún momento la oposición tenía contemplado reunirse tras los resultados y tener una puesta en escena común. En ese diseño solo estaba fuera el Partido Republicano que transmitió tempranamente que no se moverían de su sede, lo que generó cierto malestar en los partidos de Chile Vamos. Lo cierto es que al menos RN y Evópoli llegarían a las dependencias de la UDI y desde ahí se trasladarían al Hotel Neruda, donde siguieron los resultados Amarillos y Demócratas.

Incluso, el gremialismo -en su sede en calle Suecia- tenían un podio preparado con el logo de todos los partidos de la derecha por si decidían hablar juntos, sin embargo, nada de eso pasó. Cerca de las 19.00 y previo al punto de prensa de Macaya, la UDI cambió el logo de su tarima dejando uno que decía: “La UDI siempre a favor de Chile”.

Ya con los resultados en mano en la derecha empezaron a esgrimir las razones de la derrota. Así, rápidamente apuntaron a la falta de tiempo debido al corto periodo de campaña, pero también comenzaron las recriminaciones en privado, apelando a que los republicanos no fueron capaces de ordenar a su electorado y que sus “gustitos”, como dejar la norma de la protección de la vida del quien está por nacer, les terminaron pasando la cuenta.

Pese a que desde hace algún tiempo era un escenario que se veía venir de acuerdo a las encuestas de opinión, que siempre marcaron una tendencia en favor del “En contra”, lo cierto es que el golpe caló fuerte porque en las últimas semanas los resultados de los sondeos se habían estrechado. Además, en el sector reconocen que se desperdició una oportunidad de cambiar la Constitución a su favor. Hace algún tiempo que ésta era una agenda de la izquierda, la que promovía cambiar la Carta Magna bajo el argumento de que fue escrita en 1980, durante la dictadura.

Tras las elecciones del 7 de mayo la derecha se consolidó como la principal fuerza política en el Consejo Constitucional logrando más de la mitad del órgano, siendo mayoría el Partido Republicano. En el sector vieron con buenos ojos la oportunidad, pues les permitiría tomar una histórica bandera del oficialismo además podrían incorporar normas clave de la derecha. Un éxito del proceso también garantizaba hacer un claro contraste de la fallida Convención Constitucional, en la cual los sectores de izquierda fueron los mayoritarios.

Sin embargo, la derrota catapultó las oportunidades del sector, lo que además evidenció el fracaso de la derecha en lograr aunar un texto en común entre los distintos sectores políticos, y de esta manera demostrar gobernabilidad.

En ese sentido, el golpe principal es para el líder de los republicanos, José Antonio Kast, ya que su partido era el mayoritario del órgano redactor, y a él le endosan no haber alineado a los sectores de derecha que no querían un nuevo proceso constitucional.

Recriminaciones y desafíos electorales

En la derecha rápidamente el análisis que se hizo es cómo se pararán de cara a los desafíos que vienen y cómo saldrá cada partido adelante en la competencia que se librará en los próximos años en el sector.

Aunque se vaticinaba una noche de cuchillos largos, lo cierto es que en las primeras declaraciones de las directivas de los partidos hubo moderación. “Fue una derrota en un trabajo en conjunto, por lo tanto, apuntar con el dedo a ciertos sectores, no es digno de la política que queremos construir, sobre todo pensando que vienen la próximas elecciones municipales donde queremos volver a conformar una mayoría social más allá de la UDI, RN, Evópoli, el Partido Republicanos, Demócratas, si es que tenemos la posibilidad de trabajar en conjunto. Por lo tanto, no va a haber noche de cuchillos largos”, aseguró la secretaria general de la UDI, María José Hoffman.

Las palabras de Hoffman no fueron casualidad, ya que Galilea, Hutt y Macaya conversaron durante la tarde y acordaron no salir a criticar durante esta jornada a los republicanos. Los líderes de los partidos de Chile Vamos fijaron que trabajarán en un relato y que harán una bajada más dura a partir de mañana.

La timonel de Evópoli, por su parte, solo deslizó un cuestionamiento. “Pareciera que hay una señal en el sentido de que una propuesta constitucional que era muy radical, más bien de izquierda, fue rechazada; y esta propuesta fue percibida como un texto que tenía una marca identitaria más de derecha, cosa que yo trabajé mucho porque no ocurriera. Yo genuinamente creo que el texto es transversal, pero la percepción general es que tenía una marca más hacia propuestas de derecha”, señaló.

Eso sí, entre parlamentarios las recriminaciones no se hicieron esperar y algunos apuntaron a los republicanos. “Claramente son los que tienen la mayor responsabilidad. Yo espero que ellos hagan el mea culpa correspondiente. Estamos esperando todos la declaración del Partido Republicano”, dijo el senador y expresidente de RN Francisco Chahuán, lo que desató cierta incomodidad en la tienda que lidera Galilea, ya que el consenso era aguantar los reparos.

De todas formas, en privado tanto en Chile Vamos como el Partido Republicano se buscaban culpabilizar. En la UDI, RN y Evópoli, por ejemplo, mencionaban que los grandes derrotados son los republicanos, pues fallaron en dar muestras de gobernabilidad y en haber logrado acuerdos para un texto que convocara a todos los sectores políticos. En las tiendas de centroderecha también recriminaban que hubo “gustitos” de parte de los republicanos como algunas normas, entre ellas, la que protege la vida de “quien” está por nacer.

En la colectividad liderada por Arturo Squella, por otro lado, se defendían y comentaban que no hubo mayor intensidad en el despliegue de Chile Vamos, y que la UDI, RN y Evópoli se podrían haber movilizado más, así como también sus rostros.

En el sector dicen que un resultado victorioso iba a hacer más fácil un entendimiento para la derecha para próximos desafíos electorales como las municipales de 2024 o las parlamentarias de 2025. Hasta el momento, Chile Vamos y el Partido Republicano estaban conversando sobre pactos por omisiones para alcaldes de distintas comunas, y se pretendía generar acercamientos con tiendas de centro como Amarillos y Demócratas, con el fin de revivir lo que fue el eje del 62% del Rechazo en el pasado plebiscito del año pasado. En esa oportunidad, se reunió tanto la derecha como el centro. Sin embargo, las recriminaciones podrían repercutir en cualquier potencial pacto.

De hecho, algunos esperan una reconfiguración de la política de alianzas. Y que Evópoli, que forma parte de las tiendas que integran Chile Vamos, pacte con Amarillos y Demócratas. La presidenta de la primera colectividad, Gloria Hutt, estuvo este domingo compartiendo, previo a los resultados, con esos dos partidos de centro.

Liderazgos presidenciales

Otro de los factores que se analizó en la derecha fue la medición de fuerza entre los principales liderazgos del sector: el fundador del Partido Republicano, José Antonio Kast, y la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei. El primero comenzó a desplegarse para garantizar el éxito del proceso con giras a terreno y apariciones en redes sociales, mientras que la segunda siempre tuvo el diagnóstico de que el proceso iba a fracasar y que Kast buscaría una excusa para endosar a Chile Vamos la responsabilidad del fracaso. Por lo mismo, Matthei dijo, el 24 de septiembre, que no estaba dispuesta a utilizar su capital político.

Y si bien se terminó subiendo por el “A favor” después de presiones de su sector, lo cierto es que en la derecha siempre vieron con desconfianza su despliegue pues algunos estimaron que pudo haber hecho más y que nunca se comprometió con el proceso.

Por el lado de Kast los análisis son distintos. Pues por una parte en la derecha afirmaban que con la derrota del “A favor” perdió parte de su capital político al aparecer como la principal figura vinculada al Consejo Constitucional. Un tema que le podría afectar para sus opciones presidenciales de 2025, según sostenían en el sector. Sin embargo, otros consideran que pese a la derrota, lo cierto es que el “A favor” consiguió un bolsón de votos importante que le permite al exabanderado capitalizar apoyos.

Adicionalmente, en la derecha se hizo el balance de cómo queda el sector parado frente al gobierno. Una de las estrategias clave de la derecha fue convertir el plebiscito en un referéndum a la administración del Presidente Gabriel Boric. En esa línea, el concepto “Boric vota en contra, Chile vota a favor” fue utilizado en distintos formatos de la campaña.

Sin embargo, con el triunfo del “En contra”, el Ejecutivo se anota un punto frente a la derecha, por lo que algunos creen que incluso pudo haber sido un error haber lanzado la estrategia inicialmente. En Chile Vamos y el Partido Republicano el análisis que hacen algunos es que, pese a la derrota, tampoco prestarán apoyo al gobierno en reformas emblemáticas de La Moneda, como el pacto fiscal y pensiones.

De todas formas, en la UDI apuestan a ser una oposición dura.

En todo caso, la estrategia fija que seguirá la derecha será recalcar que no habrá un tercer proceso constituyente y le exigirán a la izquierda que cumpla con ese compromiso de campaña. “Así como honramos nuestra palabra el año pasado para darle continuidad al proceso, hoy día también exigimos a las fuerzas de izquierda que sean coherentes con el compromiso que hicieron de no volver a levantar el tema constitucional”, aseguró Macaya.

Además, en el sector presionarán a La Moneda para que se enfoque en temas relevantes para la ciudadanía, entre ellos, seguridad.

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