Eran tantos en la mesa, que partieron presentándose. La mañana del martes los secretarios generales y los encargados electorales de las 10 colectividades oficialistas llegaron hasta la sede del Partido Socialista (PS) para protagonizar la primera reunión formal en que se evaluaron los criterios con los que enfrentarán las elecciones municipales y de gobernadores que se avecinan.
Según reconocieron durante la reunión, muchos no se conocían entre sí. Por lo mismo, dicen quienes estuvieron ahí, el encuentro avanzó lento y fue poco lo que se pudo hablar. El secretario general del PS, Camilo Escalona, recibió a los partidos con café y unos pocillos de galletas surtidas -tritón, obleas, de vino-, para intentar que el encuentro fuera más ameno.
Pablo Monje, el encargado electoral del Partido Comunista, tomó la palabra para preguntar si los que estaban en esa mesa serían efectivamente los que se mantendrían a lo largo de las negociaciones, para evitar perder el tiempo.
El gran ausente del encuentro fue la Democracia Cristiana (DC), el único partido no oficialista que también forma parte del pacto. Su secretaria nacional, Cecilia Valdés, se excusó por problemas de salud. Pero entre los asistentes llamó la atención que no enviaran a ningún representante. De hecho, dicen algunos, eso limitó el debate e implicó comenzar las negociaciones con el pie izquierdo.
A la salida del encuentro, que fue presidido por el secretario general de Acción Humanista, Efren Osorio, las declaraciones fueron escasas.
En nombre de la alianza, Osorio leyó una declaración escrita a mano. “Hemos efectuado un positivo intercambio para establecer los criterios y las miradas que vamos a tener sobre el pacto municipal y de gobierno. Se ha avanzado bastante en clarificar las materias que entregaremos a los presidentes que tendrán su reunión el próximo día viernes”, señaló, sin dar mayores detalles de esos criterios.
Un tema que se tomó el debate fue el criterio de “el que tiene, mantiene” que, hasta el momento, promueve el oficialismo y que ha primado tradicionalmente en las negociaciones electorales y que apunta básicamente a respetar el cupo del partido que fue electo anteriormente, evitando así el fuego amigo y la instalación de candidatos desafiantes.
Algunos de los dirigentes hicieron ver que no les gusta el nombre que recibe este principio, puesto que, según argumentaron, resta valor al factor ciudadano. Otros, en tanto, manifestaron que es necesario determinar hasta dónde llega.
Lo cierto es que este criterio tiene distintas interpretaciones. En la DC, por ejemplo, asumen que se refiere a que ellos tienen la prioridad en las comunas que actualmente administran. De hecho, el presidente de la falange, el diputado Alberto Undurraga, ya adelantó que ellos pretenden mantener su liderazgo en 56 municipios. Dentro del oficialismo, en tanto, otros sugieren que el principio solo aplica para los alcaldes que pueden ir a la reelección, lo que pondría en aprietos a la decé de comunas como Peñalolén, La Granja y Concepción.
Hasta el momento, en todo caso, no hay nombres sobre la mesa para el criterio.
Entre los presentes llamó la atención que los secretarios generales de los partidos socialista y comunista, Escalona y Bárbara Figueroa, respectivamente, se sentaran juntos. Esto, en consideración de la tensión que, en los últimos días, se ha hecho ver entre ambas colectividades a raíz de las declaraciones que emitió el exsenador socialista este domingo en Tolerancia Cero.
“Dada la situación que hay (en Santiago), la candidatura que estaría en mejores condiciones es una candidatura que emerja de primarias”, afirmó Escalona en esa ocasión, lo que generó una gran molestia en el PC por las intenciones que tienen de presentar a Irací Hassler a la reelección. En todo caso, no solo se trató de una declaración del dirigente, sino que el PS ya anunció que cuentan con un precandidato en Santiago: el exconcejal Ismael Calderón.
En el encuentro, y de acuerdo a quienes estuvieron ahí, Figueroa sostuvo que es una posibilidad realizar primarias, aunque con ciertos criterios y como última opción. En todo caso, el presidente del Partido Comunista, Lautaro Carmona, previamente ya había abierto la puerta a este mecanismo. Tras el comité político de este lunes en La Moneda, reconoció que no se cierra a nada que permita enfrentar en unidad a la derecha.
También generó ruido en los partidos un comentario que hizo el secretario general del PPD, José Toro Kemp, quien planteó, a modo de ejemplo, que, en el caso de realizar primarias en La Florida, el PC podría ganar, pero que de todas formas la derecha podía sacarles ventajas en los comicios. Esto le pareció curioso a algunos de los presentes, en consideración de que el pepedé tiene aspiraciones de quedarse con ese municipio a través de la candidatura del actual concejal Reinaldo Rosales.
Si bien no fue un tema abordado en esta reunión, al interior del Frente Amplio ha tomado fuerza promover como principio solo respaldar a candidatos que coincidan con “la mirada país” que tiene la alianza de gobierno.
Este principio, en particular, lo han comenzado a delinear a raíz de los acercamientos de algunos personeros que no militan en ninguno de los partidos del pacto pero que esperan contar con el apoyo del oficialismo, como es el caso del gobernador Claudio Orrego (Región Metropolitana) o los alcaldes Claudio Castro (Renca) o Felipe Muñoz (Estación Central). Este último llegó este martes a La Moneda a reunirse con el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, para solicitar la presencia de militares en los terminales de buses de la comuna.
Los asistentes quedaron en reunirse nuevamente la tarde de este jueves. Esta vez, en la sede del Partido Liberal. Ahí, según adelantaron algunos de los dirigentes, la idea es comenzar a examinar en detalle las comunas que actualmente son administradas por la derecha y determinar cuáles son los partidos que tienen aspiraciones de llegar ahí. Para algunos, ese es el ejercicio más sencillo. Lo verdaderamente complejo, dicen, será determinar qué ocurre con los alcaldes oficialistas que pueden ir a la reelección y que cuentan con una mala aprobación dentro de la propia alianza de gobierno, como es el caso de Hassler, en Santiago.
Los criterios que se consoliden en ese encuentro serán transmitidos a los presidentes de cada colectividad, los que encabezarán otra cita la mañana del viernes de esta semana. La idea, dicen desde la alianza, es aprovechar los últimos días de enero, puesto que en febrero varios saldrán de vacaciones y las negociaciones quedarán prácticamente suspendidas.
