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Juan Francisco Galli (RN): “Se dice que hay una prioridad en enfrentar el crimen organizado, pero lo que se hace no es coherente con ese discurso”

En octubre volvió de Alemania, tras un año realizando un postgrado en un centro especializado en seguridad internacional. Desde su retorno, Juan Francisco Galli (46), exsubsecretario del Interior y de Defensa, se ha abocado a trabajar en el campo que más le apasiona, que tiene que ver precisamente con la seguridad. Desde esa posición, se refiere a la agenda del Ejecutivo, y a la urgencia de enfrentar esta  materia.

Tal como gran parte de su sector, apunta a que la oposición al Gobierno de Sebastián Piñera “fue el gran obstáculo” para enfrentar los problemas de seguridad. De todas formas, la exautoridad reflexiona que “la autocrítica que uno podría hacer es más bien política. Faltó en cómo transmitir a otras fuerzas políticas la urgencia de prioridad de la seguridad, sin que se considere eso una agenda político electoral, sino que una agenda de Estado”.

Juan Francisco Galli aborda las complejidades que existen entorno a la crisis de la migración irregular, y a la partida del expresidente Piñera.

–Este año hay una serie de proyectos de seguridad para hacer frente a la crisis. ¿Qué expectativas tiene sobre esta agenda de seguridad?

–La manera de enfrentar la crisis de seguridad es que no existan dos voces en las distintas fuerzas políticas respecto de la manera de afrontarla. Lamentablemente, eso no lo hemos visto. Y no lo digo desde la lógica gobierno-oposición, sino que dentro de la coalición oficialista. Por lo tanto ahí la expectativa es mixta. 

Es importante que el Congreso de señales de querer avanzar y darle urgencia a lo que la ciudadanía siente como su prioridad número uno, que es la seguridad. Pero, lamentablemente, si no hay convicción en la coalición de Gobierno de la necesidad de avanzar en esta materia, siempre van a tener siempre este conflicto. 

–¿Cuáles son los riesgos que se corren si no avanza la agenda? 

–Lo veo mucho más allá de la agenda legislativa. Igualmente importante que lo legislativo es el fortalecimiento de las capacidades del Gobierno y del Estado para enfrentar fenómenos delictivos que son completamente distintos. Eso no lo estamos viendo tan claro.

Se dice que hay una prioridad en enfrentar el crimen organizado, pero lo que se hace no parece ser coherente con ese discurso. Uno lo ve, por ejemplo, en la priorización de los recursos. Cerca del 40% de los recursos que se destinan al combate del crimen organizado está destinado a la reposición de radio-patrullas. La verdad es que es muy razonable que se fortalezca la presencia territorial de Carabineros, pero ese no es un un foco especializado en el combate del crimen organizado. 

Había un espacio de gasto para la Agencia Nacional de Inteligencia, y uno ve el presupuesto y se redujo. Entonces, los hechos nos van de la mano con las declaraciones. Hay que hacer un esfuerzo mayor.

–¿Cómo ha visto el manejo en la agenda seguridad, particularmente del ministerio del Interior? 

–Tanto la ministra Tohá como el subsecretario Monsalve han puesto su mayor esfuerzo en que el Gobierno pueda alinear su fuerza detrás de una agenda que es urgente. El problema que tienen es que no basta con la voluntad de dos autoridades. Cuando la percepción de la ciudadanía es que en el gobierno hay contradicciones, no basta con la voluntad del Ministerio del Interior.

–¿Qué percepción tiene sobre el avance del crimen organizado desde que dejaron el Gobierno?

–Hay que decir que esto no surge de un día para otro. Son fenómenos que evolucionan de manera gradual, y bastante permanente en el tiempo. Lo que sí, es que estamos viendo un agravamiento de la situación en el último tiempo. Los números sobre seguridad muestran que hay desacople total entre el número de personas que es víctima de delito con el temor de ser víctima de un delito por parte de la población. Hoy día estamos en cifras récord de temor de la población. La gente está atemorizada y por lo tanto cambia su sus hábitos de vida. 

–Si como Estado no sé enfrenta bien el fenómeno que hemos visto del crecimiento del crimen organizado, ¿cuáles son los riesgos en el corto o mediano plazo?

–Chile está en una situación que no es equivalente a países donde está pelea o esta batalla se perdió. Países como México donde los carteles de la droga controlan territorios completos, donde mueren asesinados candidatos durante elecciones locales. Lo mismo cuando uno ve las imágenes de lo ocurrido en Ecuador en las cárceles. Uno ve que hay distancia respecto a la situación actual de nuestro país.

Sin embargo, eso nos puede llevar al conformismo. Ahí hay un error en por ejemplo, las declaraciones del Ministro Justicia cuando él dice que el Estado tiene total control de las cárceles o cuando dice que no podríamos estar en una situación como esa. Lo prudente es todo lo contrario, es tomar medidas para que esas situaciones no ocurran en Chile

– ¿Hay autocrítica sobre si se pudo controlar la crisis de seguridad en el Gobierno anterior?

–Siempre se pudo haber logrado aunar voluntades para poder avanzar en un combate más efectivo en esta materia. Sin embargo, hay que recordar que en su momento tuvimos una oposición que era muy objetora de dotar de cualquier herramienta al Estado. 

A Juan Francisco Galli le tocó enfrentar los problemas de la crisis migratoria en su calidad de subsecretario del Interior. Previamente, le tocó verlo trabajando en el ministerio de Defensa. Al respecto, afirma que el fenómeno viene desde el segundo mandato de la expresidenta Bachelet, aunque reconoce que con la pandemia se agravó.

De todas formas, insiste en criticar a la antigua oposición -hoy Gobierno-. “El presidente Boric, cuando era diputado, decía que la migración era un derecho humano y que por lo tanto cualquier tipo de control o el uso de la fuerza, implicaba algún tipo de vulneración en los derechos de las personas”, afirma como crítica. 

Miradas como esa, sostiene, obstaculizaron el debate, pero afirma que “hoy se dan cuenta estando en el Gobierno que fue una parada muy errónea y no permitió que el Estado tomara medidas adecuadas para el control”.

–En 2020, cuando se agudizó la crisis migratoria, ¿fallaron como Estado en leer este escenario y tomar medidas?

–El problema son las causas inmediatas y las mediatas. Las personas que ya tomaron la decisión de migrar y llegaron por cualquier medio a la frontera de nuestro país, ya ese problema es muy difícil de resolver. Porque ya tenemos al ciudadano extranjero en condición de vulnerabilidad en la frontera. Por lo tanto, la política para abordar eso tiene que ser abordar las causas mediatas de esa migración.

–Pero en las causas inmediatas, ¿falló el Estado en tomar acciones?

–En las causas inmediatas, se podrían haber tomado medidas para hacer mucho más difícil el tránsito transfronterizo irregular. Pero todo Chile fue testigo de las acusaciones que se hicieron por parte de la oposición y personeros que en ese momento eran parte de organizaciones de la sociedad civil, pero que hoy día son funcionarios de Gobierno respecto de su mirada de la migración.

–¿Hace un par de años pudieron ver que la situación podría agravarse al nivel en el que estamos hoy?

–Nosotros sí le dábamos urgencia y podíamos proyectar que esto podría agravarse por dos circunstancias bien importantes. La primera, por el impacto que estaba teniendo esta migración irregular en los en las comunas que estaban más cercanas. 

Lo segundo es que ya se veía un cierto potenciamiento de las organizaciones criminales que estaban lucrando o fortaleciéndose como consecuencia de esta migración irregular. Aumento de homicidios en Iquique, cambio en algunos fenómenos delictuales en el territorio. Esas eran las señales de alerta que a nosotros nos hacían ver que esto podría agravarse en el futuro.

–A ratos, en el oficialismo hay quienes atribuyen las palabras del expresidente de Piñera en Cúcuta a la crisis migratoria. ¿Ve que tenga alguna incidencia las palabras del expresidente en su momento?

–No hay un hito, no hay un momento que marque el inicio del fenómeno migratorio. Quizás lo que más impactó fue el cierre de fronteras como consecuencia de la pandemia, y que no tiene nada que ver con política migratoria. Es muy claro que asignar responsabilidad a las palabras del presidente Piñera es una utilización política de un fenómeno que es muchísimo más complejo.

Manejo del estallido social: “Ya vendrá el momento de hacer una reflexión política sobre los errores”

Fue uno de los pocos personeros del último Gobierno del expresidente Piñera que estuvo desde el primer hasta el último día. El 11 de marzo de 2018 asumió la subsecretaría de Defensa, durante el estallido asumió la misma posición en la Segpres, y previo a la pandemia asumió como subsecretario del Interior.

Desde esa posición, Juan Francisco Galli afirma que es importante que Chile Vamos pueda “defender lo que hicimos como Gobierno bajo el mandato del presidente Piñera, pero también proyectar su legado hacia el futuro”.

Sobre la muerte del otrora jefe de Estado señala que “fue muy triste enterarse. Pero, finalmente, esa tristeza también se vio en parte compensada por el cariño y la valoración que hizo la gente muy espontáneamente de su figura, del presidente. Es muy emocionante para todos los que alguna vez estuvimos cerca de él y trabajamos junto con él”.

Juan Francisco Galli asegura que mantiene la esperanza y la energía para volver a la esfera pública. “Veremos en qué posición y si es que esa oportunidad sea en el futuro, bienvenido sea”, menciona.

–¿Qué interpretación hacen de por qué el presidente Piñera dejó su segundo mandato con tan baja aprobación?

–Los que estuvimos durante el gobierno del presidente Piñera sabemos de la ofensiva que se realizó en su contra, tratando de simbolizar en él los problemas que Chile tenía. Pero la gente es muy consciente, y particularmente en este momento, de su vocación y su amor por Chile.

–Hoy, o quizás en alguna conversación que pudieran haber tenido con el propio expresidente, ¿hicieron alguna reflexión sobre algo que se pudo haber hecho distinto, especialmente durante el estallido social?

–Faltaba para eso. Yo no tuve la ocasión -por lo menos con él- para hacer una reflexión más larga. Espero que él haya estado escribiendo algo, o haya tenido preparado en parte su relato propio y en ese análisis. Tendrán que ser otros los que hagan un análisis que sea crítico y justo. Lo que sí yo creo que ese análisis ahora va a ser menos sesgado por la valoración y el cariño que le expresó la ciudadanía en Chile. Además, porque muchos de los autores políticos que fueron muy duros con el presidente Piñera hoy día ejerciendo el poder se dan cuenta de lo difícil y muchas veces ingrato que es la función pública. 

–En su calidad de ex subsecretario del interior, ¿cómo evalúa el trabajo que tuvieron al menos desde el Ministerio del Interior?

–Esa reflexión vamos a tener que hacerla. Naturalmente creo que hay reflexiones que hacer más allá del octubrismo, y de este afán que tuvieron algunos de derrotar al gobierno, incluso poniendo en riesgo nuestra democracia. Pero no es el momento oportuno para hacerla, producto del fallecimiento del expresidente Piñera. Este momento es más bien para hacer el duelo, para reflexionar sobre la figura del Presidente. Ya vendrá el momento de hacer una reflexión un poco más política sobre los errores o, quizás, la falta de diagnóstico que pudimos haber tenido como sector político en las distintas etapas que nos tocó estar en el gobierno.

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