Independencia ya no es el refugio seguro que alguna vez fue. Frente a la impotencia de los vecinos, se ha convertido en un escenario de violencia y criminalidad. Ya no se trata solo de sectores peligrosos ni de la famosa “esquina de la muerte”. La situación ha escalado hasta afectar cada rincón, generando un ambiente de inseguridad constante. Las cifras son alarmantes: los robos y homicidios han alcanzado niveles sin precedentes, reflejando una ola de delincuencia brutal que está arrasando con la paz de sus habitantes.
Las comparaciones anuales son inquietantes. Entre enero y mayo de 2023 había un solo homicidio, pero en el mismo periodo, este año, ese número se ha disparado a siete, según la plataforma oficial de Carabineros. Las violaciones también han aumentado en un 250% y, aunque se observan descensos en algunos tipos de robos, otros, como los hurtos, han aumentado en un 45.4%.
La gravedad de esta situación no puede ser subestimada. Cada cifra representa una tragedia personal, una familia afectada y una comunidad que pierde su sentido de seguridad. Los vecinos ya no se sienten seguros caminando por sus calles, y la vida cotidiana se ve constantemente interrumpida por el miedo y la precaución. Este escenario de terror exige una respuesta contundente y urgente.
Es crucial que se acelere el proceso legislativo en materia de seguridad y que el oficialismo respalde los proyectos de ley que buscan proteger a los vecinos. Carabineros necesita no solo herramientas adecuadas para enfrentar la delincuencia, sino también el respaldo de la comunidad y de las autoridades. Las leyes deben adaptarse a la realidad que estamos viviendo, con medidas que permitan una respuesta rápida y efectiva a la criminalidad.
Además, es fundamental promover la colaboración entre las autoridades locales y la comunidad. La seguridad no es solo responsabilidad de las Fuerzas del Orden, sino de todos los ciudadanos. Programas de vigilancia vecinal, la mejora del alumbrado público y la recuperación de espacios públicos pueden contribuir significativamente a disuadir la actividad delictiva. La comunidad debe unirse y trabajar en conjunto para recuperar la tranquilidad que una vez conocimos.
Independencia solía ser un lugar tranquilo, elegido por muchas familias para asentarse y vivir en paz. Hoy, en el año de la muerte, el tiempo corre en contra, y no precisamente en favor de nuestra seguridad. Es hora de actuar con determinación para devolver la paz a nuestras calles y proteger el futuro de nuestra comuna.