Faltan pocos días para que se cumplan dos años desde la llegada del Presidente Gabriel Boric a La Moneda y en todo este tiempo la configuración del poder dentro del gobierno ha cambiado notoriamente.
Lejano se ve aquel 11 de marzo de 2022 cuando el Mandatario de Convergencia Social ingresaba al palacio de gobierno escoltado de su núcleo duro y con la confianza de haber ganado la elección con el 55,8% de los votos.
El cambio de equilibrio en el gabinete
Tal vez la forma más patente de graficar esta reconfiguración de poder es viendo los cambios que ha experimentado el equipo de ministros y subsecretarios.
Si en marzo de 2022 la jefatura del gabinete estaba en manos de Izkia Siches, una ex militante de las Juventudes Comunistas que anteriormente sólo había destacado por su performance mediática como presidenta del Colegio Médico durante la pandemia, hoy las oficinas del Ministerio del Interior las habita Carolina Tohá, una experimentada figura de la ex Concertación, fundadora del PPD, ex vocera de gobierno, ex diputada y ex alcaldesa.
Lo mismo se ve en otras carteras, donde salieron de escena ministros con ideas más extremas y poco bagaje; y entraron otros representantes de la vieja guardia de la centro izquierda.
Al inicio del gobierno, el gabinete lo componían 15 ministros (63%) que militaban o eran cercanos a Apruebo Dignidad (Frente Amplio y el Partido Comunista); ocho ministros (33%) del denominado Socialismo Democrático (PS, PPD, PR y PL) y un ministro (4%) independiente.
En marzo de 2024, ad portas de entrar en su segundo tiempo del mandato, el equipo de ministros de Gabriel Boric lo componen 12 figuras del Socialismo Democrático (50%), 11 de Apruebo Dignidad (46%) y un independiente (4%).
En el equipo de subsecretarios se replica la misma tendencia, con una disminución importante de figuras de Apruebo Dignidad.
Colodro, Morales y Müller: Las razones del deterioro de la posición de Apruebo Dignidad
Para el analista político y académico de la UAI, Max Colodro, las razones que explican el deterioro de la posición relativa de Apruebo Dignidad frente al Socialismo Democrático son básicamente dos.
“La primera es el impacto de la derrota estratégica generada por el plebiscito del 4 de septiembre. Ello implicó que el proyecto político impulsado por el PC y el FA quedara desechado. La propuesta constitucional de la convención era la columna vertebral de ese proyecto y su fracaso obligó a modificar prioridades y a ajustar las expectativas en materia de reformas”, señala a El Líbero.
“En segundo lugar, junto con eso, los problemas de gestión del gobierno han obligado a incorporar a sectores de la ex Concertación, buscando mejorar los resultados y ampliar la base de apoyo de un oficialismo que terminó siendo minoría tanto a nivel social como parlamentario”, agrega.
Un diagnóstico similar sobre este fenómeno tiene el analista y académico de la Universidad de Talca, Mauricio Morales.
“Tempranamente el Presidente Boric se percató que las capacidades de su coalición eran notables para ganar elecciones, pero no para gobernar”, dice.
Asimismo, apunta que “el fracaso constitucional fue de tal envergadura, que sepultó rápidamente el ánimo refundacional del gobierno, cuyo ADN era Apruebo Dignidad. En un proceso de capitulación ideológica, el Presidente optó por entregar el poder al bloque que tenía mayor experiencia en gobernar”.
Gonzalo Müller, director del Centro de Política Públicas de la UDD, agrega que “a dos años de gobierno se hace evidente la pérdida de influencia de Apruebo Dignidad y el cambio en su relación con el Socialismo Democrático e incluso la DC. Solo la figura e influencia de la ministra Camila Vallejo queda de ese espíritu refundacional con el que llegó el actual gobierno”.