Este martes el proyecto de reforma de pensiones se comenzará a discutir en la sala de la Cámara de Diputados.
La arremetida del Gobierno logró sacar en tiempo récord el proyecto de las comisiones de Trabajo y Hacienda y este miércoles, si no ocurre ningún imprevisto, finalmente se votará en Sala.
La cruzada de Chile Vamos y la pelea por los votos
En Chile Vamos saben que el Gobierno tiene la primera opción de aprobar el proyecto. Tras la presentación de la fórmula del 3/3 (tres puntos a solidaridad y tres a las cuentas individuales) -a la que cedieron el pasado lunes-, y las conversaciones con las fuerzas de centro, el Ejecutivo contaría con 79 votos, uno más de los 78 que necesitan para aprobar la idea de legislar.
En tanto, Chile Vamos junto al Partido Republicano solo llegarían a los 70 votos. Pese a esto, en las últimas semanas sus jefes de bancada y directivas se han abocado a un solo objetivo: sumar el máximo de votos en contra de la idea de legislar y que toda la derecha vote alineada sin ningún descuelgue.
Internamente, en el sector han comenzado a instalar con fuerza la idea que «esta es la madre de todas las batallas», concepto que se repite en las conversaciones entre sus parlamentarios y expertos, quienes también están siguiendo de cerca la posición de los diputados.
El economista y fundador del movimiento «con mi plata no», Bernardo Fontaine, de hecho, habría estado contactando a algunos parlamentarios para fortalecer la idea de que lo que se juega el miércoles es clave.
El fantasma del binominal
La razón de la arremetida, explican en Chile Vamos, es que el sector debe enviar un mensaje claro el miércoles -aunque pierda la votación- de que la centroderecha está alineada en contra de este proyecto y la idea del reparto.
Esto pensando especialmente en el debate que viene en el Senado, donde el Gobierno no tiene mayoría y está obligado a negociar.
En el sector reconocen que internamente se ha instalado el temor de que se repita lo que ocurrió años atrás con el fin del sistema binonimal. Entonces, dicen algunos parlamentarios, no le tomaron el peso al debate que se estaba llevando adelante y los descuelgues del sector terminaron no sólo debilitando a la coalición y propinándole una derrota ideológica, sino que además permitiendo llevar adelante una reforma que terminó «dañando profundamente al país», con el cambio del sistema electoral de binominal a proporcional.
Por eso, señalan en el bloque, en esta ocasión no se pueden dar espacios y se debe mandar una señal rotunda de la coalición. Especialmente, ante el grado de desorden que algunos parlamentarios advierten que hay en el sector, donde no se ha logrado consensuar una sola fórmula para hacer frente a la posición del Gobierno.
También hay quienes alertan que en el Senado hay parlamentarios sobre los que los partidos no tienen control y que se han descolgado en votaciones importantes, como la senadora Paulina Núñez (RN), quien fue una de las parlamentarias que apoyó los retiros de fondos de pensiones.
«Yo estoy en una cruzada por tratar de juntar la mayor cantidad de votos en contra de la idea de legislar. Creo que el proyecto es muy malo, le va a hacer daño a nuestro sistema de pensiones, introduce elementos de insostenibilidad, en fin, yo lo encuentro de verdad un proyecto pésimo», dijo la semana pasada en El Líbero el jefe de bancada de la UDI, Guillermo Ramírez.
«Es importante dar una señal fuerte, aunque vayamos a perder, de tal manera que el Senado lo revise con mucho más rigor«, agregó Ramírez.
Una vez que se aprobó la reforma en la Comisión de Hacienda, el integrante de esta instancia, Miguel Mellado (RN), declaró: «Yo creo que este es un baile de máscaras del gobierno, nosotros vamos a rechazar la idea de legislar porque creo que es un retroceso, una estatización de los fondos porque este 3,9% que va a solidaridad es menor en la clase media que si fuera el 6% de sus cuentas individuales, como quiere el 70% de los chilenos».
La pelea por el voto a voto y los problemas del Gobierno
Por el contrario, dicen en Chile Vamos, una votación cerrada de la oposición en contra del proyecto podría mover la aguja incluso de algunos parlamentarios de Demócratas o el PDG, quienes si bien se han abierto a aprobar la idea de legislar, también han manifestado sus reparos al fondo del proyecto.
Actualmente el Gobierno sigue negociando algunos votos especialmente con estos partidos, donde algunos de sus parlamentarios seguirían con dudas.
En Chile Vamos plantean que las conversaciones con esos sectores siguen abiertas y que la idea es sumar algunos respaldos mañana.
En la centroderecha aseguran que mientras mas cerrada sea la votación más posibilidades tienen de evitar que el Gobierno logre instalar el reparto al final de la tramitación del proyecto.