puentes de participación ciudadana

Revitalización de expertos y mayorías efímeras: Las cinco cosas que aprendió Chile tras dos procesos constitucionales fallidos

Este fin de semana la ciudadanía se acercó a las urnas para manifestar su voto A Favor o En Contra de la propuesta de Carta Magna que emanó del Consejo Constitucional. En menos de un año, la población también tuvo que asistir a sufragar, pero en aquella instancia para escoger a los 50 ciudadanos que escribieron el texto ahora rechazado. Lo cierto, es que los eventos no se quedan ahí. En 2022, por ejemplo, se llevó a cabo el Plebiscito para aprobar o rechazar el planteamiento de la Convención Constituyente y, previo a eso, hubo elecciones para elegir a los convencionales constituyentes, a alcaldes, gobernadores, entre otros.

En definitiva, en los últimos cuatro años, Chile ha tenido diversos procesos eleccionarios para quedar más o menos donde mismo: La consolidación del texto vigente que se quería cambiar. Considerando ese escenario, entendidos en el tema analizaron qué es lo que se ha aprendido, qué se ha constatado y qué valoración se puede hacer, también, tras el reciente Plebiscito. En una mirada general, Mario Herrera Muñoz, académico del Centro de Análisis Político de la Universidad de Talca, dijo que “constatamos el cansancio de la ciudadanía y el problema que generan las expectativas”. “Los dos procesos constituyentes fueron la respuesta institucional a la crisis del estallido social. Eso sembró las expectativas de que una nueva Constitución podría dar solución a las principales prioridades de las personas”, sostuvo. Sin embargo, enfatizó en que “el error estuvo en anteponer el proceso al resultado”. “Si bien los ciudadanos estaban de acuerdo -y así lo manifestaron en las urnas- con una nueva Carta Magna, lo hacían por demandas de corto y mediano plazo, y no por lo que significaba el proceso de redacción de un texto constituyente”, explicó. “Un calendario con más de 21 mil candidatos y 11 jornadas electorales en menos de cuatro años terminó por sepultar esas expectativas y estimuló la sensación de hastío hacia la política. Si bien el tema constituyente en algún momento representó la unidad, ahora es visto como un elemento de conflicto político y no como un mecanismo para agenciar soluciones a las prioridades ciudadanas”, agregó.

En conversación con EmolTV, el director de Criteria, Cristián Valdivieso, advirtió que “hay un desánimo constitucional y, por lo tanto, toda la discusión respecto de cambios constitucionales probablemente va a estar bastante diluida o escondida, porque la gente no quiere escuchar más cambios constitucionales, porque uno puede decir que por ahora se instaló -vamos a ver por cuánto tiempo-, la idea de que la Constitución no resuelve los problemas, pero capaz que a la vuelta de la esquina volvamos a tener una sociedad que deposite en la Constitución, o en el cambio constitucional, las esperanzas de cambios o de plasmar las demandas sociales, pero hoy no”. Así, estimó que “el proceso de ayer quedó en pausa pero no quedó cerrado. En la izquierda ayer incluso algunos empezaron a hablar de que se había derrotado solo el proyecto de la derecha y no la idea de reformar la Constitución”. Para Juan Pablo Araya, docente de la carrera de Administración Pública de la Universidad de O’Higgins (UOH), “aunque el proceso constitucional que se abrió en el año 2019 post estallido social abrió una puerta de salida a la crisis inmediata política que se vivió en ese momento, en el largo plazo se transformó en un proceso en parte fallido, por el alto nivel de polarización de las élites políticas”. En ese sentido, aseveró que “un aprendizaje importante es que en altos contextos de polarización política no es recomendable iniciar procesos políticos que requieran amplios acuerdos como el proceso constituyente. La evidencia nos muestra que, por un lado, cuando un extremo de izquierda toma el liderazgo en el rol de la construcción de la nueva Constitución, éste fracasa y, posteriormente, cuando la extrema derecha toma el control del proceso constituyente, también se traduce en un fracaso, por lo tanto, a mi juicio, es recomendable no iniciar un nuevo proceso constituyente hasta que haya un clima de mayor acuerdo, de mayor encuentro entre las élites políticas, porque sino probablemente un nuevo proceso va a tener el mismo resultado”. Crédito: Aton Expertos como “ganadores” Ahora, algo que destacó el académico es el rol de la Comisión Experta: “Creo que los ganadores, si se pudiera decir de alguna forma, de este segundo proceso fueron los expertos, porque en un ambiente de extrema polarización política demostraron que más allá de las posiciones que ellos tienen, es posible llegar a acuerdos mínimos y, en ese sentido, creo que probablemente si se vuelve a iniciar en el mediano plazo un nuevo proceso constituyente, la figura de los expertos debería nuevamente ser considerada en este modelo”. Herrera fue consultado por cómo ve el rol de los expertos en esta oportunidad y la valoración hacia ellos a través del tiempo y aseguró que “hay que diferenciar la opinión ciudadana con la de la élite. Naturalmente, la clase política ve con buenos ojos el texto de la Comisión de Expertos, dado que estos fueron elegidos por los propios partidos políticos. Ahora bien, el resultado de ayer no es precisamente un espaldarazo al rol de esta Comisión de Expertos, pero sí lo podría ser en el futuro, en la medida en que de esa surjan modificaciones que conecten con las demandas ciudadanas”. Las asambleas no son la solución Por otro lado, Herrera expuso que, en su opinión, el principal problema de los dos procesos constitucionales es “creer que las demandas de la ciudadanía, que son mayoritariamente de corto y mediano plazo, se resuelven con un texto constituyente que ofrece una solución a largo plazo”. “Con ello no quiero decir que no sea necesaria una nueva Constitución, sino que más bien que la oferta tiene que estar alineada con la demanda. Espacios representativos como las asambleas pueden contribuir a solucionar parte de esos problemas, pero dada la forma en que fueron llevados ambos procesos, el resultado termina en una desconexión mayor con la ciudadanía”, apuntó. La actual Carta Magna “se consolita en lo inmediato” El académico de la Universidad de Talca dijo también que tras los resultados de este domingo “se consolida” la actual Constitución “en lo inmediato”. No obstante, acotó que “la política, en general, tiene la costumbre de culpar a las instituciones de sus propios problemas. En el pasado fueron los enclaves autoritarios, el modelo educacional y hasta el sistema electoral. Habiendo cambiado dos de esos tres, se detonó un estallido social en Chile. Por tanto, la respuesta única no puede ser la modificación institucional, sino que la generación de acuerdos”. En esta materia, el profesor Araya afirmó que “evidentemente hay una validación por omisión, es decir, si bien no hay un voto positivo de la gente hacia esta Constitución, uno podría decir que por un efecto indirecto hay cierto nivel de aprobación”.

Ahora, “más allá de los eslogan, en esta segunda campaña de que no era la Constitución de Pinochet o que era la Constitución de Ricardo Lagos”, precisó que “a mi juicio, un grupo importante, particularmente más cercano a la centro izquierda, buscará iniciar un nuevo proceso constituyente en el mediano o largo plazo por una cuestión de fondo de tener una Constitución real y dictada en democracia”. La académica de la Universidad Adolfo Ibáñez y analista política, María José Naudon, también se sumó a la idea de que “la Constitución queda efectivamente legitimada”. Aunque en diálogo con EmolTV remarcó que “eso no significa que haya una izquierda que está a la espera de volver a abrir un proceso constitucional, el tema es un tema de plazos y ese plazo es tan diverso como la izquierda existe, entonces, en ese sentido, creo que hay una ganancia, pero es bastante relativa, porque no creo que se cierre el proceso o la discusión constitucional en el largo plazo”. Hay mayorías efímeras Es de público conocimiento que el Partido Republicano logró tener una gran participación en el Consejo, pero pese a ello, no logró convencer a la mayoría de la ciudadanía para que votara por el A Favor. “Vivimos una época de mayorías circunstanciales”, reconoció en esa línea Herrera. No obstante, indicó que “es incorrecto pensar que el país se polarizó en estas últimas elecciones. Los electores siguen siendo moderados y siguen premiando la generación de acuerdos para solucionar sus demandas. Ese fue el error de los dos procesos constituyentes. En el primero, si bien el diagnóstico de la sociedad sintonizaba con las demandas ciudadanas, la respuesta de la Convención estuvo desconectada de la realidad país. En la segunda ocurrió algo similar. Uno de los principales factores que explicó el triunfo de Republicanos en la elección de Consejeros fue su capacidad para mantener intactas sus convicciones. Esto mismo hizo que se entramparan entre mantener sus posturas y generar un texto que pudiera ser aprobado por una mayoría significativa”. Gran educación cívica de Chile Respecto a la educación cívica, el académico de la UOH consideró que “hay un bajo nivel de enseñanza en relación con décadas atrás y, por lo tanto, mucho desconocimiento en cuanto a conceptos formales”. Ahora, de todas maneras dijo que “la ciudadanía chilena es muy responsable en términos electorales y en temas de participación política”. Adicionalmente, manifestó que tiene la sensación de que “parte importante de los partidos políticos subestiman la inteligencia política de la ciudadanía. Lo vimos en la franja donde por un lado la derecha trató de poner esto como un Plebiscito al Gobierno de Gabriel Boric, pero lo vemos en los resultados, si hubiera sido que este eslogan tuvo un efecto, el Apruebo debería haber ganado por un 70%, pero la ciudadanía sabe que se está votando una Constitución -en el caso de lo de ayer- y no que se está plebiscitando el Gobierno, entonces esto en parte nos demuestra que la ciudadanía es más inteligente o conoce más las posturas políticas o sabe más de política que lo que piensan la elite política”. Para Herrera, en tanto, “la educación cívica puede tener un contrasentido. Por un lado, la evidencia muestra que ayuda a tener ciudadanos más informados e interesados en los procesos electorales, pero a la vez pueden terminar siendo más críticos del sistema, precisamente por estar expuestos a mayor educación sobre política. En estas últimas elecciones los ciudadanos precisamente han vivido eso: una sobresaturación de información política”.

Fuente: Emol.com – https://www.emol.com/noticias/Nacional/2023/12/19/1116147/analisis-expertos-elecciones-cuatro-anos.html

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