Se ha cerrado el capítulo del segundo proceso constitucional, o tercero si se considera el del segundo mandato de la Presidenta Bachelet. En diciembre del año pasado, todos los partidos políticos, excepto el Partido Republicano, firmaron el “Acuerdo por Chile”, dando inicio a un nuevo proceso. Este comenzó con la Comisión Experta, un órgano integrado por personas elegidas por el Congreso, que entregó un anteproyecto consensuado, abarcando desde el Partido Comunista hasta el Partido Republicano. Sin embargo, la situación cambió tras las elecciones del 7 de mayo, en las cuales Chile eligió a los consejeros constitucionales, mandatados para, basándose en el trabajo de los expertos, proponer una nueva constitución para el país.
La elección del Consejo Constitucional sorprendió a todos, otorgándole 22 escaños al Partido Republicano, que se oponía a cambiar la Constitución, dándoles así el liderazgo de este proceso constitucional. A esto se sumaron los 11 consejeros de Chile Vamos, logrando una mayoría de tres quintos y, por ende, la capacidad de aprobar las normas que deseaban, ya que los partidos oficialistas solo lograron 17 consejeros, quedando en minoría y sin poder de veto. Finalmente, normas relevantes como los derechos a huelga, pensiones, salud, educación y vida fueron redactadas por las derechas, sin el apoyo de las izquierdas. Este lunes se aprobó el texto constitucional que será sometido a plebiscito, repitiéndose un resultado ya habitual en estos meses: 33 votos a favor, de las derechas, y 17 en contra, de las izquierdas.
Fue en la jornada de la tarde de este lunes, durante el receso de almuerzo de la última sesión del Consejo Constitucional, cuando los consejeros constitucionales y los comisionados expertos de los partidos de gobierno instaron a votar por la opción “en contra”. “Algo tarde”, “hasta que ocurrió”, bromeaban consejeros de todo el espectro político al escuchar las palabras de Alejandro Köhler (PS): “Ante la disyuntiva de aprobar o rechazar este texto excluyente, nosotros, la izquierda y la centroizquierda, afirmamos con certeza y claridad que votaremos en contra de la propuesta presentada”. A estas declaraciones se sumaron otros representantes oficialistas del proceso constitucional: Paloma Zúñiga (RD) denunció que el texto constitucional “va en contra de los derechos de las mujeres”; Fernando Viveros (PC) criticó que se trataba de “una propuesta constitucional mezquina y mal elaborada, que no nivela el campo de juego”; Gabriel Osorio (PS) señaló que el texto aprobado “presenta graves problemas técnicos, que solo se traducirán en judicialización”; y finalmente, María Pardo (CS) instó a “no dejarse engañar por la publicidad engañosa ni por la letra chica”.
Por otro lado, en la derecha no solo hay optimismo respecto a la victoria de la opción “a favor”, sino también una fuerte defensa del texto que redactaron, argumentando que la “libertad de elegir” en temas de pensiones, salud y educación se traduce en una “Constitución ciudadana”, además de poner el énfasis en temas de interés para la población, como la migración irregular, la seguridad y el terrorismo.
María de los Ángeles López (REP) expresó que la “propuesta trae esperanza; Chile volverá a mirar al progreso con la frente en alto y desde el exterior volverán a poner los ojos en Chile. Esta Constitución es buena y está bien hecha”. Luis Silva, también del Partido Republicano, indicó que con el “voto a favor tengo la certeza de lo que ocurrirá; sé que se cierra un proceso y conozco las reglas con las que se gobernará Chile en adelante”.
Ivonne Mangelsdorff (RN), por su parte, citó a Margaret Thatcher para atacar al Partido Comunista: “Cuando un comunista habla, miente. Cuando calla, encubre. Cuando tiene poder, roba y persigue a los que piensan distinto a él. Cuando no tiene poder, destruye. Así han construido su historia”.
La posición oficialista, ya conocida por su opción “en contra”, tendrá que esperar las decisiones de sus órganos partidarios. Esta tarde, se realizará una “cuenta pública ciudadana” en un colegio del centro de Santiago, donde los consejeros constitucionales de izquierda y centroizquierda presentarán el texto constitucional aprobado durante la jornada de ayer, elaborado sin sus votos, que excluye sus ideas y las declara inconstitucionales.
Reacciones
Decepcionado, el consejero Edmundo Eluchans (UDI) aseguró que en Chile Vamos “pretendimos ser un punto de encuentro entre las izquierdas y Republicanos. Hoy, con un dejo de decepción, digo que no pudimos lograrlo, porque acuerdos en temas complejos donde tenemos posiciones distintas con todos, han sido pocos nuestros votos, no tuvieron fuerza para ser más influyentes”.
Gloria Hutt, consejera de Evópoli, planteó que estaba culminando “una etapa más de un proceso que en su origen puso en riesgo la democracia y que ha demostrado, a pesar de las dificultades, que el camino institucional es el más seguro para canalizar las inquietudes de la ciudadanía”. “Respeten la voluntad popular”, dijo la exministra en alusión al oficialismo.
Verónica Undurraga (PPD), presidenta de la Comisión Experta, expresó que su tristeza “hoy no me hace olvidar nuestros logros que plasmamos en el anteproyecto, esta vez no fue posible, tendremos que seguir trabajando para construir acuerdos verdaderos”, aunque declaró que “siempre estaré disponible con persistencia para mantener abiertos los caminos que nos permitan reencontrarnos”.
El único representante indígena Alihuen Antileo, consejero independiente, se manifestó en contra de la propuesta, calificándola de “excluyente” y afirmando que “tiene un sesgo revanchista”.