El Consejo Constitucional, uno de los tres órganos del proceso constitucional que redacta una nueva Carta Magna para Chile, finalizó este miércoles la etapa de votación de las enmiendas de la propuesta de nueva Constitución y despachó el texto a la Comisión Experta para su revisión.
El órgano, donde el Partido Republicano ostenta mayoría y junto a Chile Vamos obtuvieron 33 de los 50 escaños, escribió desde julio un borrador sobre la base de un texto trabajado por 24 expertos elegidos por el Parlamento.
A partir del 7 de octubre, la Comisión Experta tendrá cinco días para proponer modificaciones a la propuesta recién aprobada y, posteriormente, las indicaciones se someterán de nuevo al pleno del Consejo.
Las observaciones de la Comisión Experta deberán rechazarse por dos tercios o bien aprobarse por tres quintos de los consejeros. En caso de instalarse dudas en algún artículo y no alcanzar estos quórums, se creará una comisión mixta de expertos y consejeros para resolver la disputa.
Finalmente, la ley establece que el Consejo deberá votar y aprobar la totalidad del texto por tres quintos de sus miembros.
Al término de la última sesión, la presidenta del Consejo, Beatriz Hevia (Partido Republicano) valoró que se cumpliera el cronograma establecido, asegurando que “las comisiones hicieron un muy buen trabajo, los 50 consejeros han hecho un muy buen trabajo serio, responsable, sobrio y es algo que creo que es tremendamente relevante”, agregando que “yo quedo conforme del trabajo que hemos realizado (…) que los distintos sectores se han podido manifestar y se han tratado de construir todos los acuerdos posibles”.
Por su parte, el vicepresidente de la instancia, Aldo Valle (Ind-PS) declaró tener “una pertenencia política y obviamente que tengo diferencias con el texto, pero el trabajo que hemos hecho desde el punto de vista de nuestro cometido cívico, institucional, me parece que está bien logrado, porque ha habido el tiempo. Y claro podemos tener diferencias que no son responsabilidades imputables, a mi juicio como mesa, a ninguno de los sectores, las diferencias o déficit que pueda tener el texto”.
En tanto, en un punto de prensa conjunto con Chile Vamos, el jefe de la bancada del Partido Republicano, Luis Silva, expresó que al terminar esta etapa “mi sensación es satisfacción, creo que se ha trabajado bien, no han faltado tensiones, no ha faltado incertidumbre, pero creo que el balance general al mirar para atrás y ver lo aprobado es satisfactorio”. Además, Silva opinó que el texto que están escribiendo “no es una Constitución de derecha, no es una Constitución partisana, no es un programa de gobierno, quien quiera que piense o diga eso, me atrevería a decirle que no ha leído lo que se ha aprobado y cuando lo lea va a tener que cambiar su opinión, porque o no sabe lo que es un programa de gobierno o no sabe lo que es una Constitución”.
Desde el oficialismo el consejero Fernando Viveros (PC) expresó más temprano que “lamentablemente creo que al terminar de votar los artículos en el pleno podemos ver como esta advertencia que estuvimos haciendo desde el inicio del proceso se hace realidad. Y es un día triste, porque se establece una sola mirada de país donde se representa una idea, tal como un programa de gobierno, más que una Constitución que nos albergue a todos y todas”. Asimismo, la consejera de la bancada PC-CS, Karen Araya, sostuvo que la derecha “le quitó todo lo social, todo lo democrático, le quitó todo lo que podíamos rescatar sobre derechos al Estado social y democrático de derecho”.
La consejera María Pardo (CS) complementó que “tras las votaciones que hemos visto en el pleno se está confeccionando un traje a la medida de las derechas, han diseñado un sistema electoral con la calculadora en la mano y pensando en su propio desempeño electoral en las próximas elecciones”.
En últimas semanas el Consejo ha vivido distintas polémicas por incluir algunos artículos que han sido criticados desde varios sectores por suponer “retrocesos”, como “el derecho a la vida de quien está por nacer”, la expulsión inmediata de los migrantes que ingresen por pasos no habilitados y la exención tributaria de la primera vivienda, una medida que beneficia a las personas de mayores ingresos.
Las últimas encuestas señalan que los detractores del texto están aumentando y que una mayoría de los chilenos se inclina por votar en contra, tal y como hicieron hace un año con la primera propuesta de carta magna, elaborada por un órgano de mayoría progresista y que proponía amplios cambios en la institucionalidad.
Ante un posible segundo fracaso, figuras de distintos sectores políticos, incluidos algunos representantes de la coalición de derecha tradicional Chile Vamos, pidieron al Consejo enmendar el rumbo y redactar un texto que se parezca lo máximo posible al borrador elaborado por los expertos designados por el Parlamento.
La fecha límite del Consejo Constitucional para despachar el texto al presidente chileno, Gabriel Boric, será el 7 de noviembre. Posteriormente, el 17 de diciembre será sometido a plebiscito.