“A fav… En contra”, dijo el senador Ricardo Lagos Weber (PPD) al rechazar su propia renuncia a la presidencia de la Comisión de Hacienda de la Cámara Alta, cargo que supuestamente iba a ser entregado a la oposición como parte del magullado pacto administrativo, que hasta el martes, al menos, establecía una rotación en los principales espacios de poder de la corporación.
Sin embargo, tras la pugna que se dio en la misma instancia de Hacienda y el portazo que le dio la derecha a la postulación del senador Pedro Araya (PPD) para presidir el Senado, Lagos Weber se retractó de su dimisión. También su bancada retiró su salida de la comisión, en vista de que tampoco alcanzó a materializarse. ¿La razón? La bancada de Demócratas no aceptó que a última hora se les intentara pedir la firma para que ingresara la senadora Ximena Rincón en reemplazo de Lagos Weber.
El comité comunista también pidió revocar la salida del senador Daniel Núñez (PC), quien iba a ceder su cupo en Hacienda a su par Felipe Kast (Evópoli). La anulación de ese reemplazo, sin embargo, quedó pendiente, ya que la jefa de bancada del PC, Claudia Pascual, sí alcanzó a presentar el cambio a la secretaría del Senado con la respectiva firma del jefe de comité de Evópoli, Luciano Cruz-Coke. Y si bien ayer, tras la elección de la mesa del Senado, el PC intentó retirar el reemplazo, Evópoli se opuso dando un argumento reglamentario. Ello obligó al nuevo presidente del Senado, José García (RN), a derivar el caso a la reunión de comité para buscar una salida negociada.
Con ese cuadro aún no resuelto, esta mañana llegaron seis senadores para tomar posición en los cinco escaños de la Comisión de Hacienda. Además de Lagos Weber (PPD), llegaron Núñez (PC), Kast (Evópoli), García (RN), José Miguel Insulza (PS) y Gustavo Sanhueza (UDI), en reemplazo de Juan Antonio Coloma (UDI).
Tras deliberar a puertas cerradas, los presentes acordaron que mientras la reunión de comités no resuelva, Núñez (PC) permaneciera como integrante de Hacienda.
No obstante, una vez abierta la sesión se procedió a votar la renuncia de Lagos Weber, que finalmente fue rechazada por tres votos en contra (Núñez, Insulza y el mismo senador PPD). A favor de su dimisión se pronunció Sanhueza, mientras que García se abstuvo, dando cuenta de su nuevo rol de moderador de las tensiones en el Senado.
Curiosamente, a pesar del duro debate que se dio en la sala, los presentes no ahondaron en la polémica. Incluso, tomaron con humor el lapsus del mismo Lagos Weber, que casi vota por error a favor de su dimisión. “Retiro la firma…” ironizó el PPD.
Resuelto ese tema, la comisión procedió a discutir el proyecto que crea el nuevo sistema de auditoría del gobierno.
Objetivo del gobierno
En las últimas semanas, el Ejecutivo había definido como objetivo prioritario tratar de retener el control de la Comisión de Hacienda, que será crucial para la tramitación de la reforma previsional y de los cambios tributarios del pacto fiscal que impulsa el ministro Mario Marcel.
El mismo Marcel había admitido en las reuniones de comité político de La Moneda que le preocupaba que esta instancia estratégica quedara con una mayoría aplastante en favor de la oposición (4-1), en vista del ingreso de Rincón y Kast, quienes además han tenido una difícil relación con el gobierno.
Oponerse a ese traspaso, sin embargo, tenía un costo: romper el mismo pacto administrativo y eventualmente perder la presidencia del Senado a manos de la derecha.
Fueron precisamente las señales del oficialismo y su resistencia a entregar Hacienda, lo que llevó a los senadores UDI, Evópoli y Demócratas a desahuciar el acuerdo de gobernabilidad (del que Renovación Nacional se restó en 2022) y apoyar la candidatura de García (RN) para presidir la corporación. Ello implicaba darle la espalda a la postulación de la carta del PPD, Pedro Araya, que según el mencionado acuerdo le correspondía asumir este año en la testera.
El bloqueo en la Comisión de Hacienda, que en ningún caso derivó en un momento tenso, tuvo como réplica que la derecha frenara los traspasos de cupos en ciertas comisiones, por ejemplo, Seguridad Ciudadana, Relaciones Exteriores, Pesca e Infancia.
Paradojalmente, en una señal de normalidad, igualmente hubo rotación en las presidencias de esas comisiones. Por ejemplo, en Seguridad Ciudadana, asumió el DC Iván Flores; en RR.EE., Insulza (PS) tomó la jefatura; y, en Pesca, hizo lo mismo Fidel Espinoza (PS).
Incluso, a pesar de que el martes varios senadores dieron por desahuciado el pacto administrativo, sorpresivamente la alternancia en la jefatura de comisiones, hasta el cierre de esta edición, se siguió cumpliendo al pie de la letra.
Moreira en Trabajo
De hecho, la Comisión de Trabajo, que hasta ayer era presidida por la senadora Loreto Carvajal (PPD), se entregó sin ningún reparo a Iván Moreira (UDI). Al igual que Hacienda, esta instancia también será clave para el diseño de la reforma previsional. El único incidente fue una discusión entre Moreira y el exrepublicano Rojo Edwards, quien le reclamó el derecho reglamentario para usar la palabra.
Al asumir, Moreira volvió a lamentar que se haya roto el acuerdo de gobernabilidad que estipulaba que este año la presidencia de la Cámara Alta se le iba a entregar a Araya (PPD). En la ocasión, se le entregó el tradicional regalo de una campanilla a Carvajal, y el senador UDI estrenó otra campanilla, que hacía un sonido más suave, que a su juicio era más relajante. El hecho generó risas y distendió la sesión.
Este ambiente de buena convivencia se repitió también en las comisiones de Transportes, Pesca y Agricultura.