El 2024 comenzó muy mal para el fútbol chileno, ya que en su primer partido oficial, disputado en febrero entre Colo Colo y Huachipato en el Estadio Nacional por la Supercopa, se produjeron graves incidentes que terminaron con el partido suspendido y aún no tiene fecha para reanudar los 12 minutos restantes.
En el 2011, con bombos y platillos, durante el primer Gobierno de Sebastián Piñera, se comenzó a implementar el llamado Plan Estadio Seguro, que prometía ser la reformulación de una anticuada ley de violencia en los estadios que estaba vigente desde la década del 90.
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Sin embargo, 13 años después, se siguen cometiendo los mismos hechos de violencia en los estadios acompañados de otros delitos, como fue el asesinato de un hincha de Colo Colo el pasado domingo 10 de marzo tras el Superclásico, en la comuna de San Miguel.
Edmundo Valladares y la “sensación de impunidad”
A Edmundo Valladares, ex presidente del Club Social y Deportivo Colo Colo, se le preguntó por los hechos de violencia en el fútbol chileno, comparándolo con que sucedía en Inglaterra en los años 80 con los hooligans.
“El problema acá es que no se está haciendo un corte con personas que puedan organizar grupos violentos, como sucedía con estos grupos de hooligans en Inglaterra”, afirmó.
“Estos hechos de violencia se van reiterando cada cierto tiempo y nadie pone el freno, porque no hay sanciones efectivas. La sensación de impunidad ya está instalada y es muy compleja“, agregó.
Aldo Vidal, General (r) de Carabineros: Falta inversión en seguridad
El ex General de Carabineros, Aldo Vidal, afirmó que “el organizador es el club local y a ese club le cuesta invertir en medidas de seguridad, pero es lo que se necesita. Es muy importante, se debe invertir en tecnología y seguridad”.
Sobre Estadio Seguro manifestó que “Es como un león sin melena, Estadio Seguro es un departamento que sugiere, que interviene, que participa, pero en estricto rigor, no toma decisiones“.
Al momento de crearse Estadio Seguro, el Estado comprometió $2 mil millones de pesos de inversión en 2012, pero hoy, 13 años después, el presupuesto apenas alcanza una cuarta parte de ese monto ($564 millones).
Así las cosas, con la disminución en sus recursos y un escenario oscuro en cuento al manejo de la violencia en los estadios, el panorama para el fútbol local sigue siendo incierto, y las familias y los verdaderos hinchas de “lo nuestro”, seguirán pagando los platos rotos por acciones cometidas por unos pocos.